La mirada funciona como una herramienta para enfrentarse a la realidad, poner en pausa sus diferentes categorías y desbordar a partir de un punto de vista. Un punto de vista se construye con las palabras y las miradas que uno va encontrando por ahí: en el taller de les artistas, en las calles más tristes, en los mandatos de los padres. Mirar es una forma de construir relato y dar a conocer una historia humilde sobre un interés particular. Algo así como acercarse a algo y convertirlo en un refugio personal. En las obras de Maria Ferrari Hardoy aparece una búsqueda caníbal por reconocer algo más que el talento y la creatividad individual que prioriza, a veces, la historia de la pintura. Influenciada por la pintura moderna y contemporánea, Hardoy tematiza el oficio de pintar, el taller de los artistas, el proceso creativo, y la imagen pictórica como un lugar donde se manifiestan múltiples discursos: algunos de naturaleza amable, otros en extremo nocivos.
Cada pintura funciona como un recorte subjetivo de la realidad, una observación hacia adentro para analizar todos los componentes que constituyen el rol de una artista, desde su biografía personal, las influencias de la cultura, hasta el género y las condiciones materiales que le permiten producir obra. Ferrari Hardoy ensaya un laberinto de múltiples fauces que permiten ver en sus pinturas otras obras que van armando una historia del arte más personal, liviana y con eje puesto en explorar la construcción de las subjetividades.
En las obras existen cuerpos que le escapan a una forma conocida, están más interesados en ser una masa que reflexiona, que observa. Son entidades a punto de moverse o caerse. Parecen sufrir un vértigo que los condiciona. Sentir el vértigo es otra forma de ser consciente de la vulnerabilidad, de desconocer las distancias, de perder el eje. Es un llamado de atención contra aquello que se entiende recto y normado. A estos cuerpos de tinte caricaturesco no les gusta ser el centro de atención. Niegan al espectador y se abrazan con su propio entorno. Son entidades humildes que prefieren la comodidad del anonimato antes que los sofocantes juicios de la mirada. Algo en Ferrari Hardoy revela no solo los prólogos mentales, simbólicos y culturales que atraviesan a les artistas y los impulsan a realizar obras de arte, sino también la manera en que les espectadores consumen las imágenes y su relación con ellas.
Emmanuel Franco